miércoles, 20 de junio de 2007

Capitulo 12: Gonzalo también siente

-Beatriz, ¿qué te ocurre? -le preguntó Gonzalo, al verla pálida repente.
-Gonz...Gonzalo, yo... yo necesito sentarme. ¡Ahora! -dijo, prácticamente desplomándose.
-¡Beatriz! -gritó Gonzalo, lanzándose a cogerla.
-¡Aire, me falta aire, Gonza!
-¡Camarero! -gritó. Y comenzó a abanicarle con la revista.

Pasado el susto inicial, Beatriz le acercó el editorial. Gonzalo leyó despacio. Tenía que reconocer que su amigo sabía jugar sus cartas.
Acompañó a Bea al hotel y, tras comprobar que estaba bien instalada, se marchó a Bulevar.

Entró en la recepción como una apisonadora. Ignoró a todos cuantos le se saludaban a su paso y se dirigió directamente a Bárbara. Llevaba un ejemplar de Bulevar en la mano.
-¡Dile a Álvaro que voy subiendo! -le gritó.
-Pero yo no soy su.... -no le dio tiempo a tiempo.
-¡¡¡Haz la maldita llamada, Bárbara!!!
-¡¡¡¡Pero, bueno!!!! ¿Es que es el año de "Ataquen a la recepcionista"? Con stress no se puede trabajar... Mis poros sufren.

Hacía rato que Gonzalo ya había subido.
Entró en el ascensor y, mientras subía, volvió a hojear el editorial. ¡No se lo podía creer! Pero, si Álvaro no era capaz ni de.... ¿Cómo había podido escribir eso? ¿Seguro que no era suyo?
Las puertas del ascensor se abrieron y todas las chicas del 112 se quedaron mirando.
Gonzalo no dijo nada. Simplemente entró en el despacho de Álvaro y dio un portazo.
-¿Me quieres explicar que es esto? -le gritó, mostrando la revista abierta por la página en cuestión.
-Parece un editorial -contestó Álvaro con toda la calma.- Tú deberías reconocer uno, Gonzalo, no hace mucho trabajas aquí.
-¡Álvaro, no me torees, no me torees! ¿A qué viene esto?
-Está claro lo que dice. Creo que no necesita más explicación.
-¡Yo la necesito! Beatriz es la mujer con la que voy a casarme.
-No, si yo puedo evitarlo. Gonzalo, amo a Beatriz con todas las fuerzas de las que soy capaz, tú deberías saberlo mejor que nadie. Así que perdóname si doy un poco de batalla antes de perderla definitivamente.
-¡No te das cuenta, ¿verdad?! Eres un punto y aparte en su vida, Álvaro, un capitulo cerrado.
-Pues, Bea jamás será capitulo cerrado para mí -Álvaro se entristeció de repente.- Gonzalo, de todos los hombres en el mundo, ¿por qué tú? ¡No lo entiendo! Yo me habría resistido con todas mis fuerzas antes de ponerle un dedo encima a la mujer de la que estuvieras enamorado.
-¿Crees que no lo intente? ¿Crees que esto es fácil para mí?
-Debe serlo. Tardaste apenas seis meses en convencerla y todavía tienes la desfachatez de presentarte aquí a pedirme explicaciones.

A estas alturas, las chicas del 112 ya tenían más que pegado el oído a la puerta del despacho y, por supuesto, estaban alucinando de todo lo que estaban oyendo.
-¡¡¡Gonzalo!!!! -casi gritó Elena.
-Pero, ¿qué le pasa a Beatriz? -se ofuscó Jimena.- No hay color entre Álvaro y Gonzalo.
-¡O a lo mejor, sí, nena! ¿Recodáis lo del "pequeño problemilla de Álvaro" con su pistolita? -sugirió Chusa.
-¡¡¡María Jesús!!! -exclamó Benito.

En el despacho, la discusión subió de tono. Álvaro comenzaba a impacientarse al ver a Gonzalo hablar de Beatriz como algo suyo. Parecía que realmente la amase.
-Gonzalo, deja de hablar de Beatriz en esos términos, porque no quiero escucharte.
-Pues, lo siento. Lo vas a oír. Yo te escuché clamar y declamar tu amor por Beatriz, pero... Nunca fuiste sincero contigo mismo. Te avergonzabas de ella, Álvaro. Si no, hubieras gritado a los cuatro vientos cuanto la amabas sin importarte lo que pudieran pensar los demás.
-Te olvidas quién fue el artífice de todo, Gonzalo. Tú. Tú me obligaste a.... -Álvaro sabía que sonaba a pobre excusa.
-¿A qué, Álvaro? ¿A engañarla, a engatusarla de nuevo? -se adelantó Gonzalo.- Si tus sentimientos hubiesen sido sólo la mitad de profundos de lo que asegurabas, poco te hubiera importado lo que yo tuviese que decir al respecto. Pero, no. Tú lo querías todo, ¿verdad? La chica perfecta, la empresa perfecta, el amigo perfecto....Al final, lo has perdido todo y estás aquí, solo.
>>Fui a buscarla, Álvaro. Y fui por tí. Quería convencerla para que al final volviese contigo, pero... Algo pasó en el camino. Y lo que empezó siendo un cúmulo de buenas intenciones se ha convertido en amor. Al principio,.... Sinceramente, al principio mi reacción fue muy parecida a la tuya. Incredulidad. Más tarde,... Bueno, me parecía algo tan irrealizable porque ella estaba enamorada de tí, de mi mejor amigo, de mi hermano... ¿Cómo iba yo a...? Pero de pronto una sonrisa aquí, un detalle allá y... Álvaro, puedo imaginarme cuánto te duele perderla porque yo no imagino mi vida sin ella.
-¡Déjalo, Gonzalo, no sigas!
-¡NO! -gritó Gonzalo.- Si voy a perder tu amistad, quiero que sepas que no es por algo banal, Álvaro. Juro que me arrancaría el corazón para no sentir lo que siento, pero... -Gonzalo está al borde de las lágrimas.- ¡¡No lo puedo evitar, Álvaro!!! Y ella me quiere.
-¡No quiero oírte! -dijo, lanzándose hecho una furia sobre él y cogiéndolo por el cuello.- ¡No me importa lo que sientas, no me importa lo que digas, no me importa que lo lamentes, no me importa que no hayas podido evitarlo! ¡Voy a recuperar a Beatriz, la voy a recuperar o dejo de llamarme Álvaro Aguilar!

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